De premios, festivales y otras yerbas

PAO DISCO

Paola Bernal, la Pao para casi todos, cantora inmensa coscoína, es sin lugar a dudas la artista musical contemporánea de proyección nacional más importante que tiene Cosquín. Por alguna razón absurda este año quienes tienen en sus manos la programación del festival no la han incluído, aún habiendo sacado un gran disco en el 2022 donde además de continuar transitando ese camino en el que se renueva permanentemente, sin repetirse, enfrentando el riesgo que significa el cambio del crecimiento pero a la vez manteniendo la coherencia conceptual que la acompaña desde aquel primer disco producido nada menos que por el gran Chango Farias Gomez, esta vez suma la particularidad de que todo el repertorio es de composición propia, en coautoría o de creación colectiva (lo cual también es un bello concepto).
Una artista que además ha decido habitar su ciudad, participando activamente de lo que acontece en aquellos ámbitos en los que realmente se sostiene día a día la construcción del arte, la cultura y la identidad desde un lugar social y comunitario. Como bien canta Horacio Sosa en su canción, ella (como él) quiere “ser pero acá”, en su ciudad y no migrando a las ciudades capitales en donde según se comenta, atiende ese dios caprichoso.
¿Estoy equivocado si afirmo que la lógica de cualquier programador sería ofrecer el llamado escenario mayor del folklore argentino como ámbito natural para que esta artista local que enaltece a su comunidad representándola culturalmente en el país y el mundo presente su nuevo disco en el marco del festival? Tomense por favor un ratito para pensar que harían ustedes. Muy bien. Ya está. No creo que les haya llevado más de 2 segundos responder. Pues les cuento que para mi sorpresa esto no sucedió y es a mi criterio, vergonzoso.
Pero el arte sigue su camino, las obras van más allá de las cortas miradas, los intríngulis e intereses mezquinos de los funcionarios de turno. Espero que lxs señorxs que ocupan pasajeramente ese espacio entiendan alguna vez que los cargos pasan y su paupérrimo poder se diluye en la inmensa trama de la miseria política. Lo he visto a lo largo de mis ya muchos años en personajes de talla bastante más grande que la que hoy portan ellos.
La obra artística queda, se proyecta , se expande. La memoria de los pueblos se nutre de las expresiones culturales de todos sus miembros. De la construcción colectiva cotidiana, de ese andar y hacer diario. Y eso es lo que trasciende.
Ayer, martes 11 de abril se anunciaron las nominaciones a los premios Gardel 2023.
Y si….. seguro ya adivinaron a donde quería llegar: el disco de Paola Bernal, “Agua de Flores” está nominado (para sorpresa de nadie que lo haya escuchado) como “mejor álbum de artista de folklore”. Podría haber empezado por aquí nomás y ahorrarles la perorata previa. Pero hace rato que vengo pensando en eso que escribí y que mejor oportunidad que esta para compartirlo con ustedes.
Como bien me hizo ver la querida Laura Ros cuando me tocó pasar por esa situación en el 2016, la nominación en si misma ya es un premio porque la vota un gran grupo formado por colegas, gente de prensa y de ámbitos involucrados conocedores del asunto. Es entonces un bello reconocimiento, una caricia al alma.
Obviamente, cuando llegás hasta ahí por más modestia y prudencia que quieras tener, empezás a soñar con la posibilidad de que te toque el “premio premio” y llevarte la estatuita a casa!
Los demás ternados también son colegas admiradxs y queridxs. Pero sabrán entender que esta vez mi corazón y energía vayan con toda la intención a que el premio termine en manos de la Pao.
Mientras tanto, con estatuilla o sin estatuilla, yo si fuera funcionario de cultura de Cosquín estaría pensando en como saldar esta falta con ella, no sea cosa que vuelva de Buenos Aires con la sonrisa de Gardel en su mano, en su pecho, en su rostro y otra vez queden, en el mejor de los casos, como unos torpes.

Va link a la música, para los que quieran asomarse
https://youtube.com/playlist?list=OLAK5uy_nXMXqoAofTW6TPf98Do_sKx0tWju87BDM

Carlos, Emma y no naufragar en tiempos de incertidumbre

En estos tiempos en los que nadie puede presumir de tener certezas, me ronda la memoria con obstinada insistencia una historia de la vida de Charles Darwin. No voy a contar lo que muchos saben mejor que yo sobre las teorías de Carlitos, esas que amasó en su viaje alrededor del mundo como naturalista y geólogo del Beagle, bergantín comandado por el capitán Fitz Roy y que quien más quien menos, todos conocemos sin necesidad de leer su biografía. Lo que me impactó fue la total incertidumbre con la que el joven abordó la nave.
No fue convocado directamente por F.R. para el trabajo, lo recomienda su amigo y profesor de Cambridge J.S Henslow. Darwin estaba muy contento de vacaciones en su pequeña ciudad natal Shrewsbury dedicándose a pasear por las montañas cercanas a la frontera galesa, bañarse en el larguísimo río Severn y a enamorar a Emma Wedgwood, que hasta ese momento era su prima nomás pero más adelante sería su esposa. Resulta que los Darwin y los Wedgwood eran bastante propensos a la endogamia y venían entreverándose hacía varias generaciones sin hacer mucho caso a creencias populares como “entre primos no porque después te sale con colita de chancho” o cosas por el estilo.
Y aquí nos acercamos al tema central de mis cavilaciones. Estamos hablando del siglo XIX. En la perspectiva histórica son minutos nomás lo que nos separa de esa época.
Darwin recibió en abultada carta de su maestro la propuesta para sumarse a una expedición que tenía como misión principal cartografiar el mundo entero. Esa tarea era fundamental para los ingleses porque los mapas de la época eran una verdadera porquería, cualquiera puede comprobarlo husmeando un poco, y con ese precario material era dificilísimo planear invasiones, conquistar, rapiñar, piratear, traficar y todas esas actividades a las que la corona británica siempre se dedicó apasionadamente y por cierto, con mucho éxito.
Ya que iban dando vueltas por ahí, las expediciones llevaban a un naturalista para que fuera tomando nota y muestras de todos los bichitos, plantitas, seres humanos, piedras, y cualquier cosa que le pareciera interesante para la ciencia.
Estaba previsto que el viaje duraría 2 AÑOS y el naturalista no cobraría sueldo por su desempeño. El Dr Darwin, padre de Charles, tuvo que costear los gastos del viaje de su hijo. Me imagino el embole de don Darwin, que había soñado con un hijo médico, le salió juntador de plantas y bichitos (cosa que para él no era una profesión) y encima le tuvo que garpar el viaje……
Pero volvamos al amor de los jóvenes protagonistas y su inminente distanciamiento.
Carlos se despidió de Emma con una promesa: “amada mía, en dos años vuelvo y nos casamos”.
-“Dale, andá tranquilo que yo acá te espero” respondió Emma atravesada por la única certeza del profundo amor por su primo.
Sospecho que todos coincidiremos en que 2 años es mucho tiempo y habrá sido necesaria una gran preparación espiritual para aceptarlo. Sin embargo el viaje duró un poco más. Se extendió por 5 años. Si, leyeron bien, 5 AÑOS. Sin guasáp, ni feibuk, ni teléfonos, ni nada. Pero la ventaja de no imaginar ni remotamente estas tecnologías evitó potenciar la angustia, y bastante bien se las arreglaron con las cartas esas de papel que aún en estos tiempos pueden llegar a verse con dejos de melancolía y algo de asombro.
La dinámica era más o menos así:
Carta de Charles a Emma: “ Emma, te escribo desde Montevideo, el viaje se está haciendo un poco más largo. Esta carta te va a llegar en dos meses aproximadamente así que cuando me respondas, teniendo en cuenta que la tuya demoraría otros dos o tres meses en alcanzarme, deberías enviarla a Valparaíso. Seguramente andaré por allí para ese entonces, me recomendaron comer jaivas allá y empanadas de pino”. También contenían muchas cosas más sobre sus hallazgos, anécdotas de lo cotidiano y detalles amorosos que obviaré porque el chisme no es tema de esta sección.
Se imaginarán que el cálculo no siempre era certero y había grandes posibilidades de que la carta de Emma llegara tarde, cuando ya el Beagle con toda su tripulación se había hecho a la mar nuevamente. Esto sucedía realmente y los enamorados quedaban sin saber si sus cartas habían llegado a destino….. Todo era incertidumbre, duda. La Nada. Acá no funcionaba la de “me aplicó el visto” ni estas cuestiones. Su mensaje podía llegar cuatro meses después o nunca.
Así pasaron los 5 años locos de la vuelta al mundo y cuando Charles volvió a Shrewsbury se encontraron, enamorados como dos tortolitos (casi pongo chorlitos y el fin de la historia rumbearía hacia el difuso horizonte de los tomates….) se tomaron de las manos y vino la propuesta: “Emma, mi amor, traje muchísimo laburo del viaje. Tengo material suficiente para hacer un libro sobre el origen de las especies que entre otras cosas me hará pasar a la historia. Te gustaría mientras esto sucerde que nos casemos y tengamos 10 hijos? Ya no voy a volver a viajar así, tuve suficiente. Además los últimos 3 años Fitz Roy se puso insoportable, no lo aguantaría de nuevo”
Y así vivieron más o menos felices, comieron perdices y seguramente otros muchos bichos evolucionados o no.
En estos tiempos en que reina la incertidumbre a pesar de los aluviones de comunicación (o ayudados por ellos) y en el que mi vida transita en un marco «Macondiano» inmerso en el sofocante verano del caribe mexicano, solo con livianas sospechas de cuando y hacia donde se moverán las piezas, dejo que me impregne el recuerdo de Emma y Charles con su años de espera sin naufragio.

Leyenda del Chechén y el Chacá

Hace unos meses que ando por la Riviera Maya, zona de mar caribe y selva tropical. Y de a poquito me fui enterando de alguna información sobre la fauna y flora novedosas para mí, así como las leyendas que las acompañan.
Comparto una sobre el origen de dos árboles fascinantes: el Chechén y el Chacá

Dos príncipes eran. Dos hermanos. Dos guerreros.
Kinich y Tizic. Valientes y temerarios eran los príncipes aunque sólo en eso se parecían ya que mucho distaban de hacerlo en sus personalidades. A Kinich le había sido obsequiado por los dioses el don de la amabilidad y la misericordia. Esto era reconocido por su pueblo que lo amaba y respetaba.
Tizic en cambio, era invadido fácilmente por la ira y todos bajaban la cabeza a su paso esquivando su mirada para evitar arriesgarse a ser víctimas de su atropellado temperamento y cruel corazón.

La caprichosa fortuna, que andaba aburrida quiso divertirse haciendo que ambos se enamoraran perdidamente de la hermosísima doncella Nicté Há, como sucede con frecuencia en este tipo de historias para poder generar un conflicto.
Tizic desafió entonces a su hermano Kinich para ver quien se quedaría con el corazón -y el resto del cuerpo, claro está- de Nicté Há. En esos tiempos parece ser que no se usaba mucho consultarle la opinión a la doncella. Mucho más entretenido era definir con un duelo.

La noticia del enfrentamiento no les causó ninguna gracia a los dioses, que bastante sacaditos de onda oscurecieron absolutamente el cielo del kaah, el océano bramó ferozmente y hasta la luna decidió esconderse durante las varias noches que duró el enfrentamiento.
A los hermanos se les fue un poquito la mano en el duelo y terminaron muertísimos, uno en los brazos del otro. Y así muertisimos y juntos marcharon hacia el otro mundo al encuentro de los dioses. Al llegar les suplicaron perdón, rogando se les permitiera regresar al mundo de los vivos para poder seguir viendo a su amada. Los dioses les concedieron el deseo, no sabemos si por generosos o porque realmente no les parecería muy conveniente tener ahí ociosos a dos hermanos que fueron capaces de matarse por enamoramiento y que no estarían demostrando con su pedido haber entrado mucho en razón después del absurdo episodio.
Renacieron entonces los dos, Tizic como un árbol de Chechen, que segrega un veneno dentro de sus ramas y quema a quien se acerque a descansar a su sombra. Kinich, conservando su alma noble, renació en forma del árbol Chacah, y su savia cura a todo aquel que haya sido dañado por el veneno del Chechen.
Algo nos enteramos a último momento de la doncella: Murió de tristeza al enterarse de la trágica historia de los dos hermanos imbéciles y los bondadosos dioses le dieron la oportunidad (una vez más no está documentado si ella lo solicitó o si como en toda esta historia, nadie le pidió nunca opinión) de volver a la tierra renaciendo en la hermosa flor de lirio, que siempre se halla cerca del agua.

Así es que se dice entonces por estas tierras que siempre que haya un árbol de Chechén, encontrarás uno de Chacá a su lado.

DE LEYES, CUPOS FEMENINOS Y FOLKLORE EN LAS ESCUELAS:

DE LEYES, CUPOS FEMENINOS Y FOLKLORE EN LAS ESCUELAS:
Buen día, buena tarde, buena noche. Estoy hoy un poco complicado para andar escribiendo, pero no quiero dejar pasar dos logros que me parecen importantes para celebrar y destacar. Se aprobaron dos leyes en Argentina que han llevado un tiempo importante de lucha: la ley de enseñanza obligatoria del folklore en las escuelas, y la ley que establece un cupo femenino para eventos musicales. En esta lucha estaban involucrados además amigos y amigas muy cercanas a quienes les agradezco no haber bajado los brazos. Llegar a una ley es algo que demanda un esfuerzo personal inimaginable que redunda en el beneficio de muchos y eso tiene un valor inmenso. Gracias.
Ya vi muchos que cuestionan el tema de la ley de cupo. Antes que empiecen con eso les digo que probablemente en otros países no se comprenda ni sea necesario establecerlo. Pero en la Argentina tiene bastante sentido hacerlo ya que (copio de un artículo de Página 12) «La Argentina es uno de los países más desiguales en términos de género en los eventos musicales. Se da en todos los estilos, pero es más notorio en el rock. Un estudio de la publicación chilena La Ruidosa reflejó que la participación femenina en escenarios argentinos era menor al 13 por ciento. Las integrantes de la Campaña Más Músicas en Vivo arribaron a una conclusión aún peor. Hicieron un estudio “más abarcativo”, en torno a 46 festivales, las seis regiones culturales y las 24 provincias. “El porcentaje en promedio fue de 9,96”.
Entiendo que los cupos obligatorios sean una solución que puede resultar antipática y de resultados cuestionables. Pero esta realidad que acabo de transcribir hace que el cupo sea necesario para que el escenario se modifique y con el tiempo logremos uno en el que los cupos ya no tengan sentido. Sería maravilloso que logremos un cambio y que esta ley sea obsoleta en poco tiempo, pero por ahora es necesaria.
Si a pesar de esto quieren cuestionar, cuestionen nomás, es gratis. Igual ya es ley…..
ESO SI…. A NO SACAR EL DEDO DEL RENGLÓN QUE AHORA HAY QUE REGLAMENTARLA Y HACERLA CUMPLIR. Confío en esto último en mis compañeros del Inamu Inamu que son guerreros y guerreras implacables. Pero la reglamentación es un tema.

Hoy nos dejó un cantorazo: Alfredo Ábalos. Gracias por todo

Hoy nos dejó un cantor, un cantorazo: Alfredo Ábalos intérprete de versiones inigualables de muchas canciones de nuestro repertorio folklórico. Hace algo más de un mes estuve en Santiago del Estero y por algún motivo que no podía explicar sentía una gran necesidad de ir a visitarlo. Quería contarle personalmente lo mucho que lo recordábamos en México cuando conversábamos con amigos como Raúl García Ernesto Chavez (mexicano, admirador y conocedor de la música folklórica argentina) que tiene todos sus discos, o con Gonzalo Gnzlo Tahhan, artista santiagueño radicado también por aquí. Me gustaba la idea de que Alfredo supiera lo presente que estaba en estos pagos tan lejanos.
Intentamos coordinar un encuentro en esos días con su hijo Martin Abalos Santillan pero por distintos motivos no lo logramos. Hoy leí la noticia y sentí el peso de haberme quedado con las ganas nomás de tener esa última conversación y darle un abrazo. Gracias Martín por la atención que tuviste de responder hoy mi mensaje, me imagino que estarán recibiendo las manifestaciones de cariño de una multitud de amigos.
Van mis saludos a la familia, desde acá lo seguiremos recordando en cada peña, en cada juntada a guitarrear con amigos.
Comparto algo de su canto para los que no hayan tenido la posibilidad de escucharlo. Y para los que seguiremos haciendolo, disfrutandolo por siempre

FINALIZANDO EL DÍA DEL AMIGO: DE ATAHUALPA, BORGES Y POLÉMICAS INCIERTAS

Gente: como en cada día del amigo, andan circulando versiones de que Atahualpa tuvo una polémica con Borges en la cual después de una larga definición de JLB sobre la amistad, él dijo eso de que «un amigo es uno mismo con otro cuero»(algunas versiones mencionan que se lo había dicho un tío). No he encontrado ningún dato que me confirme la veracidad de esa historia, según la cual Borges contestó – «Eso se me tendría que haber ocurrido a mi» a lo que Atahualpa retrucó «Para que se le ocurra debe ser un paisano que lleva el país adentro».
Buscando en la generosa red algún dato cierto sobre la historia lo que encontré, lejos de la polémica que se me hacía cada vez más incierta, fueron reportajes a Atahualpa donde hablaba maravillosamente de Borges.
¿Alguien tiene datos ciertos de esa anécdota? ¿O es un invento entre dos de los personajes más importantes que tenemos los argentos solamente pa’chingar (permitanme el mexicanismo)?
Como si no tuviéramos suficiente con las polémicas reales…..
Aquí comparto algo que me pasó alguna vez el maestro Ica Novo: Una entrevista del 1977 en la TVE en donde Atahualpa cita a don Justino Leyva, que fue de quien salió esa famosa definición de «amigo». En ningún momento don Ata dice que fuera su tío.
Comparto solamente la segunda parte (son 6 y las recomiendo todas). La anécdota está en el minuto 8:55.
Lo transcribo.
(Los que piensen que estoy al pedo y no tengo nada que hacer sepan que están muy equivocados: tengo muchísimas cosas que hacer pero no las estoy haciendo porque esto me entretiene más).

De paso quiero decirles que yo también tengo un tío que tenía muchas reflexiones de campo, don Eleuterio Venerando «Vizcachón» Medina. Voy a empezar a publicar sus frases y las polémicas que le generaron con intelectuales de su época.
Chau muchachxs! Y felizloquequedadeldíadelamigo!

Entrevista en la TVE, año 1977.
Atahualpa: Una vez le preguntaron…. Justino Leyva… era un hombre, ya tenía bigote gris, yo tenía 7 años, 8 años…»que es un amigo pa’usted?» hablando así, entre ellos «¿que es un amigo pa’usté don Justino?», a don Leyva, el del bigote gris. Un poco marrón acá por el tabaquito (se señala al medio de la boca) dejaba su cigarrito acá y le teñía su bigote. Y dijo una cosa que todo el mundo se río y yo acompañe la sonrisa o la risa de la gente sin darme cuenta. Años después me di cuenta que había ahondao, que había dicho cosas con tercera dimensión.
Periodista: ¿Que había dicho exactamente?
Atahualpa: (continúa el relato)
-«¿Que es un amigo pa’usté?»
-«Un amigo…» y lo pensó, y fumó dos pitaditas… «Un amigo es uno mismo con otro cuero»
Que tal…que tal eh? Es uno mismo con otra piel. Eso es un amigo.

CONSIDERACIÓN (no tan) BREVE SOBRE LA NOMINACIÓN A UN PREMIO

Hace unos días me escribió el amigo Germán Arrascaeta, para pedirme una consideración breve sobre mi reciente nominación a un premio Gardel por «En el Sendero», un disco que edité el año pasado grabado casi integramente en vivo en el festival «San Vicente Jazz» de Godoy Cruz, Mendoza.
La síntesis no es una de mis virtudes y por más que lo intenté, la consideración no fue lo breve que seguramente Germán quería. Pero confiando en su capacidad de encontrar lo más sustancioso para el artículo que fuera a escribir y que saldrá en la edición de la Voz de mañana, decidí mandárselo completo y que él corte y recorte a gusto.
Y por acá lo pongo enterito para el que quiera darle un vistazo.

«CONSIDERACIÓN (no tan) BREVE SOBRE LA NOMINACIÓN A UN PREMIO»
Debo decir que me sorprendió. No es por falsa modestia sobre mi trabajo, sino porque realmente desconocía la intimidad y el criterio «gardelianos» y tenía el prejuicio de que el hecho de ser un disco independiente en un premio que dan los empresarios de la industria, probablemente reduciría el porcentaje de posibilidades. Parece que no es tan así, para beneficio mío.
¿Cual es la importancia de la nominación y el premio? Recién ahora me estoy enterando. Por ejemplo aquí estoy, escribiendo para La Voz mientras escucho los «10 caprichos de Carnota», de cordobeses también ternados.
El sólo hecho de estar nominado en un año en el que casi no podré tocar en Argentina (a causa de algunos proyectos que estoy grabando en México y de las giras con Julieta Venegas) le dió oxígeno a mi trabajo, regalandome esa magia que todos los que pasamos mucho tiempo fuera del país anhelamos: estar presentes en nuestra obra aún estando fisicamente ausentes.
He recibido en este tiempo una cantidad de pedidos de material por parte de gente de prensa que no me conocía o que solo sabía de mis participaciones con otros artistas. Todo esto me evidencia un beneficio directo: más difusión que puede redundar luego en trabajo, que más allá del reconocimiento, es lo que necesitamos para seguir adelante.
«La nominación ya es un premio» me han dicho mucho en estos días. Sí claro, pero creo que todos los que llegamos hasta acá ahora queremos tener un «Carlitos» luciendo en algún estante de la casa.
¿Posibilidades? No lo sé. Ya me despojé del prejuicio y en mi rubro los tres nominados tenemos propuestas tan absolutamente diferentes que me genera una gran intriga saber que va a pasar, cual será el criterio de selección. Cualquiera de mis compañeros de terna (Nahuel y Paloma) puede obtenerlo también, sus trabajos me parecen muy meritorios.
Lo que si sé es que si llegan a darme ese premio, se romperían para mi (y para varios) por lo menos dos o tres mitos del «deber ser» de un disco para estar premiado.
Si eso llega a pasar, seguramente nos daremos el gusto de conversarlo.»

Hay una época del año en que todos los caminos me conducen a Cosquín….

Y no sólo a mi.
Conflictivo, caótico, gustándonos más o menos. Para disfrutarlo, para sufrirlo, para criticarlo, para estar en el vapuleado escenario mayor o en las peñas, para intentar subir un escalón del circuito oficial o para remarcar voluntariamente la condición de alternativos. Para mostrar que estamos a favor o en contra. Para abrazarnos y hacer música con esos viejos amigos que vemos aquí una vez al año, o para pelearnos consecuentemente con viejos enemigos.
Hasta los que no vienen no resisten el impulso de manifestarse desde redes sociales o con lo que tengan a mano comentando lo que se ve por la televisión cada noche.
No importa en que modalidad y con que objetivos, en estos días de enero un extraño y ecléctico grupo humano tiene sus ojos, oídos y sobre todo el corazón, enfocado en Cosquín. Aclaro que soy de los que reniega de eso y durante el año intenta restarle importancia. Sin embargo  cuando se va acercando la fecha «tira el caballo adelante y el alma tira pa’atrás». Y casi siempre gana el alma.
Aquí estoy pues, una vez más en Cosquín.
Anoche toqué en la peña que tiene Peteco Carabajal, donde presenta «Solo y acompañado». La noche terminó con una formación en el escenario que paso a describir: Peteco Carabajal , Juancho Farías Gómez (bajo), Silvana Albano (piano), quien aquí les escribe, JMM un servidor (flauta y saxo), Roberto Cantos y Julio Paz (Dúo Coplanacu), Martina Ulrrich (batería), Agustín Carabajal (bombo), Daniel Patanchón (guitarra). Y para los últimos dos temas volvieron Pampi Torre y Homero Carabajal.
Ya creía yo que mi alma tenía suficiente por esa noche pero aún me esperaba el paso por la peña Sol del Sur, de Paola Bernal, donde fuimos todos al cerrar la de Peteco. En ese momento cantaban Paola, José Luis Aguirre, Mery Murúa y Juan Iñaki. Belleza, calidad, raíz y refinamiento de nuestra música popular.
No tengo idea que pasó en el festival, en el escenario mayor. Tampoco me importa.
Esto es Cosquín. Aquí Cosquín.

Y ahora que sigue??? Alguien tiene un plan??? El presidente y sus 3 famosos libros.

Tantos interrogantes surgen de lo que está sucediendo. ¿Quien toma las decisiones? ¿Cual es el plan? ¿Hay plan?

En los días que corren, cada vez que nos encontramos dos o más personas en México el tema obligado y recurrente es  intentar imaginar cual es el escenario que sigue, que se puede hacer, que podemos hacer, que estamos haciendo. Las casualidades me han llevado a encuentros con artistas, estudiantes, funcionarios, militantes de muy distintas organizaciones e ideologías, políticos, directores de empresas, diplomáticos, productores artísticos, etc, etc, etc…… el desconcierto es general.

La falta de propuestas sólidas para construir a partir de esta coyuntura un México mejor es preocupante.

Pero por momentos, parece que alguien sí tuviera un plan. Y es un plan que da miedo. ¿La violación de la autonomía de la UNAM por parte de cuerpos policiales puede ser tomada solamente como una decisión desatinada y aislada? No puedo permitirme creer eso. Entonces ¿que sigue?

Ayer, en una de esas conversaciones me acordaba de aquel famoso episodio tragicómico de «los 3 libros de Peña Nieto» cuando estaba haciendo la campaña. Y pensaba que en ese momento, lo que más me preocupó no fue que el (casi seguro) futuro presidente no pudiera recordar tres libros que hubieran sido fundamentales en su vida. Ni siquiera me importaba que recordara uno. Lo que realmente me preocupó es que la conducción del país quedaría en manos de un tipo que no tenía la cintura política, la habilidad, astucia, inteligencia, o lo que sea que hace falta para salir del paso cuando lo sacan de libreto. No pudo salir airoso de una pregunta elemental de un estudiante en la presentación de «su  libro». ¿Que pasaría entonces cuando tuviera que enfrentarse con una situación que realmente lo pusiera en jaque?

El tiempo (y un aparato político invencible) convirtió al candidato en presidente y lo puso en esa situación más temprano que tarde. Y cómo decimos por aquí «pssssssss, que crees…..?»

EL GARBANZO PELIGROSO y LOS 43 NORMALISTAS DESAPARECIDOS DE AYOTZINAPA

A veces no tenemos en cuenta la importancia de ser cuidadosamente selectivos con la literatura para las infancias. Lo primero que debemos entender es que hay que tomarla con mucho más respeto del que alguna gente la toma, porque no es un género menor. Nada que tenga como público a los niños, en la rama del arte que sea, es un género menor. Ellos se están formando, construyendo su perfil. Lo que escuchen y lean va a ir marcando en ellos un camino por el que seguirán transitando.
Cuento con la suerte de tener un hermano que (entre otras cosas) se ha especializado en esta temática. Esto me facilitó el acceso a una cantidad de autores interesantísimos cuando me tocó el turno de escoger libros para mi hijo. Además, él y sus primos tuvieron (y tienen aún) un espacio en la casa de su tío Mariano Medina donde hay libros exclusivamente para ellos.
Escoger lo que van a consumir tus hijos es fundamental y es un trabajo del que hay que hacerse cargo. No pretendas que escuchen y lean cualquier basura cuando son niños y que luego en la adolescencia o juventud como por arte de magia se conviertan en consumidores selectivos de literatura y música…. difícilmente suceda.
Recordé esto porque estuve grabando unas flautas, clarinetes y saxos para el disco de La Carreta, uno de los proyectos de este diversificado hermano mío.
Y me llamó la atención la letra de una de las canciones. La autora es nada menos que Laura Devetach, escritora y docente santafesina, cuya obra (prohibida durante la última dictadura militar en Argentina) ha sido dedicada principalmente a los niños.
Horas después de grabar esta canción estuve en la movilización que se hizo en DF desde el Ángel al Zócalo por los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa y me dió mucho gusto ver como a las múltiples organizaciones que marchaban se fueron sumando familias con niños. Niños que están viendo y participando de la realidad de un país que es de ellos. Una realidad que deseamos cambiar.
En este mundo en que preguntar, denunciar, imaginar, crecer, desear y cantar te hace peligroso al punto de que te desaparezcan (otro día hablamos del peso de la palabra «desaparecer») comparto con ustedes la letra de
EL GARBANZO PELIGROSO
Letra: Laura Devetach. Música: Alberto V. Gambino (h).

Si escondido debajo de la cama
Un garbanzo se hace el misterioso,
es mejor mirarlo desde lejos.
¿Por qué? Porque… es un garbanzo peligroso.

Si un garbanzo se deja el pelo largo
Y además es inquieto y es mimoso
es mejor mirarlo desde lejos.
¿Por qué? Porque… es un garbanzo peligroso.

Si un garbanzo se pone a hacer preguntas
Y lo cierto se hace más dudoso,
es mejor mirarlo desde lejos.
¿Por qué? Porque… es un garbanzo peligroso.

Si un garbanzo es el sol en miniatura
Y no cobra interés por luminoso,
es mejor mirarlo desde lejos.
¿Por qué? Porque… es un garbanzo peligroso.

Si un garbanzo no deja que lo coman
porque crece, madura y esas cosas,
es mejor mirarlo desde lejos.
¿Por qué? Porque… es un garbanzo peligroso.
Si un garbanzo pasea en bicicleta
y se ríe del coche más lujoso
es mejor mirarlo desde lejos.
¿Por qué? Porque… es un garbanzo peligroso.

Si un garbanzo te mira bien mirado
Y al mirarte te sabe de memoria,
es mejor mirarlo desde lejos.
¿Por qué?Porque… es un garbanzo peligroso.

Si un garbanzo no quiere que haya guerra
porque el mundo en paz es más hermoso,
es mejor mirarlo desde lejos.
¿Por qué?Porque… es un garbanzo peligroso.

Si un garbanzo parece en la palmera
pero canta y apunta al mentiroso,
es mejor mirarlo desde lejos.
¿Por qué?Porque… es un garbanzo peligroso.

Es un garbanzo peligro,
¿si?
Es un garbanzo peligros,
¿no?
Es un garbanzo peligroso,
¡mmmh!
Shh…Pumm!!!

Mano a Mano, en rincones que se dejen

EL 25 de abril pasado presentamos con el amigo Ernesto Anaya el espectáculo que veníamos deseando hace un tiempo y por fin logramos concretar: «Mano a Mano», un contrapunto de canciones mexicanas y argentinas, con anécdotas y conversado (los que nos conocen podrán imaginarlo). Tomás Medina Saúl se sumó con percusiones en algunos temas.

Fueron casi dos horas de gozar el escenario. Pero hay veces que a los artistas nos queda la duda de como lo habrá vivido el público. Esta duda vino a despejarla Álvaro Alcantara, amigo de Ernesto, que salió con ganas de contar como se sintió en este «Mano a mano». Me emocionó generar con un puñado de canciones, el deseo en quien las escuchó de escribir lo que aquí les comparto.

Muchas gracias Álvaro!

“En rincones que se dejen”
Un espectáculo de Ernesto Anaya y Juan Martín Medina
En un viernes de primavera, el frenesí urbano de la ciudad de México ofrece un resquicio a la intimidad. Y mientras una canción recuerda cajones y corazones extraviados un mes de abril y San Marcos acaba de celebrar otro más de sus aniversarios, dos músicos polifacéticos y multi región se reúnen una noche para cantar. Y por inverosímil que parezca, las trayectorias de vida y las rutas profesionales de Ernesto Anaya y Juan Martín Medina encuentran en un acto simple y sencillo la complicidad necesaria para abrazar a su audiencia: el amor a los cantos de la tierra.
El espectáculo «mano a mano» que Juan Martín y Ernesto ofrecieron la noche del 25 de abril en el Foro del Tejedor de la librería/café El Péndulo de La Roma es un testimonio contundente de que existen canciones exitosas, canciones que venden discos, canciones afortunadas, canciones malas, canciones buenas, y canciones del pueblo y de la tierra. Y esas, «las canciones del pueblo y de la tierra», son aquellas que no sólo se cantan sino que deben cantarse de cuando en cuando, por el simple hecho de que narran la vida, y a la vida hay siempre que honrarla. Zambas, corridos, tonadas de ida y vuelta, vidalitas, bola suriana, valonas, gatos, salamancas, huapangos o chacareras construyen un rompecabezas de los sentidos que cada uno de los asistentes se encarga de armar según le marque el presente.
Divertidos, conversadores y, a momentos, “rinconeros” Medina y Anaya (a ratos acompañados por el hijo de Juan Martín, Tomás) deshojaron la margarita con piezas musicales que hablan de pasiones, de pérdidas, de despedidas, de traiciones, de mujeres, de hombres con y sin mujeres, de la fiesta y de los diablos en los cuerpos y en el corazón (casi nada – es verdad – cantaron de mujeres que saben amar “a pesar de los hombres, pero seguro ya lo harán). Ese conjunto de canciones que la gente ha compartido con Zitarrosa, Violeta Parra, Tomás Méndez, a Mejías Godoy, Discépolo o Artidorio Cresseri, por mencionar apenas algunos nombres componen las “paradas” de este convite sonoro, que a más de uno le saben a infancia, “a amores hace tiempo”, le recuerdan a sus viejos, o le hacen volver a aquella tierra de la que se encuentran distantes. Si la poesía es de quien la necesita – como bien recordaron durante el concierto estos juglares -, las canciones son de sus dolientes y festejantes.
A mi lado una mujer lunera sentía tumbos en sus adentros cuando sus ojos recordaban mediante aquellas letras a los protagonistas de su propia historia; más allá alguien evocaba a su patria, otro volvía sonriente sobre sus pasos, mientras este servidor redescubrió al volver a escuchar “un casamiento de negros” a una Violeta negra, de negra hechura, de negra voz y de certeras imágenes. Y conviniendo que esa es la razón de ser de quienes hacen y recrean las canciones, los músicos de ayer salieron en andas al conmover a quienes los escucharon. Los aplausos, complicidades, escalofríos y cantos compartidos así lo afirman.
“En rincones que se dejen” – se escuchó decir la noche de ayer a los músicos, un instante previo a la despedida. “En rincones que se dejen, nos volveremos a encontrar.” Y en canciones suyas y que son nuestras volverán a aparecer en una noche cualquiera Ernesto Anaya y Juan Martín Medina para al alimón cantarle con amor a la tierra. La de Argentina, la de México, a la tierra del corazón.
En rincones que se dejen
con Juan Martín y el Anaya
se oirán canciones que tejen
por donde quiera que vaya…
la poesía que estremece

Alvaro Alcántara López

La Acción y la Resistencia Colectiva

Buen día, buen lunes, buena semana.
Creo absolutamente en el poder de la acción, y más aún en el de la acción colectiva. Con tanto ruido en México por la iniciativa de Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (conocida como LeyTelecom), que censuraría el uso de internet, hoy me desperté pensando en lo bien que me cae Chomsky con su empecinamiento en el compromiso de los intelectuales y en la resistencia colectiva para combatir la feroz maquinaria de control de pensamiento que ejercen los grupos de poder a través de los medios de información.
«No hay forma de estar informado sin dedicarle esfuerzo, tengamos en mente lo que tengamos, sea sobre lo que pasa en el mundo, sobre la física, sobre el béisbol, lo que sea, la comprensión no es gratis. Es cierto que la tarea, para un individuo concreto, es entre horriblemente difícil y completamente imposible. Pero está al alcance de cualquiera que sea parte de una comunidad que trabaja en equipo.»
«Más importante que todo esto es que una comunidad, una organización, puede ser la base para la acción y, aunque entender el mundo puede ser bueno para el alma (sin pretender ser cínico), no ayuda a nadie, ni a uno mismo de hecho, si no lleva a la acción».
Y asociando libremente se me vino a la cabeza una vieja canción de Patxi Andión que escuchaba y cantaba de niño: Padre. En una parte, Patxi le canta
«No quisiste jamás, salvarte solo
Porque no hay salvación decías, si no es con todos»

Más claro, echale agua. Les dejo la canción entera por si quieren escucharla.
Besos y abrazos para todos. A trabajar.

«Mano a Mano» y «Salamanqueando para L’Ernestito Romero»

Este viernes 25 de abril del 2014 vamos a estrenar en México «Mano a Mano», un espectáculo de canciones argentinas y mexicanas que hemos estado armando con el amigazo Ernesto Anaya, artista de un recorrido importante por estos pagos mexicas y más allá.

Para armar el repertorio recorrimos al menos unas 300 canciones, escuchando y viendo varias versiones de cada una. Esta labor, aunque ardua, nos resultó muy divertida. Cada canción nos hizo saltar a distintos puntos del continente y de nuestras propias vidas, nos contamos las anécdotas que íbamos recordando y relacionando, descubrimos significados de algunas palabras que se utilizan en los muchísimos modos de hablar el castellano a lo largo de nuestra América, deliberamos sobre la legitimidad de que se nos llame (y llamarnos)  «latinos» a los habitantes americanos de habla hispana y varias cosas más que seguramente les iremos contando más adelante.

Lo que quiero mencionar ahora es que en medio de esta catarata de información y emociones, Anaya encontró en la red un video del programa de Juan Carlos Badía (que gusto era ir a tocar a ese programa, no había ninguno con tan buen sonido) donde Suna Rocha canta una muy buena y poderosa versión de «Salamanqueando pa’mi», de Raúl Carnota. Calculo que sería 1989 y la acompañaban ese día  Ernesto Romero, Walter Soria y Hugo Sosa. Todos amigos, músicos hoy de mucha trayectoria.

Pero quiero detenerme especialmente en Ernesto Romero, pianista cordobés que no es tan conocido como se merece. Compartimos casa durante un tiempo en Bs As. No nos conocíamos de Córdoba pero cayó un día a un departamento que me prestaba mi tía en Arenales y Anchorena, anunciandose de parte de Minino Garay . Con ese salvoconducto entró, bolsito al hombro y teclado envuelto en una manta bajo el brazo (creo que un Korg 800). Entró y se aquerenció por un tiempo.

Yo todavía no tocaba profesionalmente, andábamos todos buscandole la vuelta al asunto. Al poco tiempo Ernesto empezó a tocar con Suna y yo con Cuti y Roberto Carabajal.

Me gustaría que los que no lo conocen presten atención a lo que el tipo tocaba ya en aquellos tiempos.

Un día «L’Ernestito» como le decíamos con Minino, se volvió a Córdoba. Le perdimos el rastro por un tiempo. Se comentaba por ahí que había vendido el teclado para comprar una moto (como un émulo comechingón de «El loco de la calesita») y que había dejado de tocar.

Conversando un día de esto con Rodolfo Sánchez mientras esperábamos para probar sonido en ese festival buenísimo que por esos tiempos se hacía en Córdoba llamado «El Chacarerazo» , el gordo con esa capacidad maravillosa que tenía de tirar sentencias irrefutables me dijo: «si es cierto que Ernesto dejó de tocar, hay que hacerle un juicio por traición a la patria!».

Años después me encontré con Ernesto en Mendoza y por suerte no había dejado de tocar. Nunca supe si el trueque teclado/moto había sido cierto o sólo una leyenda. Esa noche me regaló un disco excelente que grabó en dúo con el saxofonista/flautista Pato Pedano, maestro de al menos la mitad de los saxofonistas de Cba.

Ernesto, si leés esto, compartí un poco de tu música.

Por ahora les dejo el link a «Salamanqueando pa’mi»

Va un abrazote!

 

Hoy las 2 fueron las 3. Historia de Santa Bernardina del Monte

Sucedió hoy que al dar las 2 am, automáticamente los relojes de muchos teléfonos pasaron a marcar las 3 am. La magia de la tiempos modernos hace que la mayoría de estos aparatitos se encarguen solos de ajustarse al horario de verano.
Y como con cada cambio de horario, inmediatamente vino a mi memoria el cuento de Leo Maslíah «Santa Bernardina del Monte» que pueden encontrar en su libro «La tortuga y otros cuentos».
Antes de dejarlos con la lectura de Maslìah comparto una inquietud que me aqueja dos veces por año: ¿cual es la hora de verdad? ¿La de invierno o la de verano? ¿cual usan los astrólogos para hacer sus cartas natales, la real o la modificada por la conveniencia del tan mentado ahorro energético? ¿Una hora en esas cartas puede cambiar radicalmente nuestro destino?
«ió que sé», diría el gran Warren Sánchez.
Vamos a Santa Bernardina.

SANTA BERNARDINA DEL MONTE (Autor: Leo Maslíah)

Para ahorrar energía eléctrica, las autoridades de Santa Bernardina del Monte dispusieron que a las cero horas del día veinticinco los relojes se atrasaran una hora, pasando a marcar las veintitrés horas del día veinticuatro. De este modo la gente que tuviera que levantarse a la hora siete del día veinticinco no tendría que prender ninguna luz, ya que en realidad serían las ocho y el sol estaría ya en plena actividad.
Cuando llegó el momento –las cero horas del día veinticinco- la gente de Santa Bernardina del Monte, obediente como era, atrasó sus relojes una hora. Fueron entonces –o volvieron a ser- las veintitrés horas del día veinticuatro. Una hora después, los relojes volvían a marcar las cero horas del día veinticinco. La gente de Santa Bernardina del Monte, obediente como era, atrasó sus relojes una hora. Volvieron a ser entonces las veintitrés horas del día veinticuatro. Una hora después, los relojes volvían a marcar las cero horas del día veinticinco.
– ¿Qué hago, mamá? –preguntó un joven-. ¿atraso el reloj?
– Por supuesto, hijo: debemos ser respetuosos de las disposiciones de la autoridad –contestó la madre.
Todos los habitantes de Santa Bernardina del Monte obraron en consecuencia con ese precepto. Pero una hora después los relojes volvían a marcar las cero horas del día veinticinco. Nuevamente, los pacíficos habitantes de Santa Bernardina del Monte atrasaron sus relojes una hora. Se pusieron entonces a esperar el transcurso de los sesenta minutos que faltaban para volver a atrasar los relojes. Pero algunos tenían sueño y se fueron a dormir, no sin antes dejar turnos establecidos de tal modo que siempre hubiera alguien despierto a la hora de atrasar el reloj.
A la mañana siguiente seguían siendo las veintitrés horas del día veinticuatro. Una hora después eran las cero horas del día veinticinco, e inmediatamente después volvían a ser las veintitrés del día veinticuatro. Faltaban nueve horas para que abrieran las oficinas y los comercios. Una hora después faltaban ocho, pero en menos tiempo del que tardaba un gallo en cantar –y efectivamente había muchos gallos haciéndolo- volvían a faltar nueve.
Los habitantes de Santa Bernardina del Monte, de mantenerse este estado de cosas, habrían muerto de inanición. Sin embargo muy otra fue la causa de su muerte. Tres días después del cambio de hora, un funcionario del gobierno central, que pasaba por el pueblo, interpretó la actitud de los lugareños como huelga general por tiempo indeterminado, y dio parte de ello a sus superiores. Poco después, diez mil soldados entraron con helicópteros y tanques a Santa Bernardina, aniquilando a los insurrectos. Los relojes del pueblo, entonces, quedaron divididos en dos categorías: los que, averiados por las balas, estaban clavados en una hora entre las veintitrés y las veinticuatro, y los que seguían marchando libremente, pudiendo llegar hasta más allá de las cero horas sin que nadie los tomara por las agujas para atrasarlos. De todos modos, algunas horas después, ellos solitos volvían a marcar las veintitrés, como si sintieran nostalgia de sus disciplinados dueños, que en paz descansen.